miércoles, 12 de marzo de 2014

Aprende de mí: Lección 4


Aquella carta cumplió su cometido, había resuelto mis problemas.

Ya tenía todo listo, solo era cuestión de que aquella chiquilla despertara. Es más, ¿por qué tenía que esperar? Así empecé a subir las escaleras como si mi vida dependiera de ello... bueno, de hecho así era.

Abrí la puerta de un golpe y cuando la vi; observé que se removía entre las sábanas y sudaba mucho. De seguro estaba teniendo pesadillas, como siempre, obviamente era remordimiento de su jodida consciencia.
Bien para ella.


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