viernes, 28 de marzo de 2014

Auril: Capítulo 3


Tenía que volver a casa.

Casa... donde se encontraba mi hermana, quien también se había puesto rara conmigo esa misma mañana.

Odiaba no entender las cosas (siempre necesitaba saber que pasaba al mi alrededor, si no me empezaba a dar una especie de ataque de pánico o algo por el estilo); y en ese momento había dos asuntos totalmente incomprensibles para mí. ¡Perfecto!


miércoles, 19 de marzo de 2014

Auril: Capítulo 2


No entendía nada de lo que había pasado esa mañana.

Mientras me dirigía hacia la escuela, intentaba recordad que diablos había hecho mal, cómo hice para que Mica se pusiera así. Jamás había reaccionado de esa forma, ni cuando le había contado por primera vez de este sueño raro.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Aprende de mí: Lección 4


Aquella carta cumplió su cometido, había resuelto mis problemas.

Ya tenía todo listo, solo era cuestión de que aquella chiquilla despertara. Es más, ¿por qué tenía que esperar? Así empecé a subir las escaleras como si mi vida dependiera de ello... bueno, de hecho así era.

Abrí la puerta de un golpe y cuando la vi; observé que se removía entre las sábanas y sudaba mucho. De seguro estaba teniendo pesadillas, como siempre, obviamente era remordimiento de su jodida consciencia.
Bien para ella.

Aprende de mí: Lección 3


La verdad no sabía qué estaba haciendo ahí.

Ella siempre me había intrigado de una forma que no entendía; era igual a cualquier persona y aún así me podía mantener tan alerta que verla dormir toda la noche era lo más fascinante que hubiera hecho en mucho, mucho tiempo.
Su existencia estaba siendo consumida por aquel ladrón de almas y ni siquiera se percataba de ello; al contrario, pasaba el tiempo como si ella fuera eterna. Ofreciendo su humanidad a todo aquel que lo necesitara, incluso aunque ellos no lo quisieran.
Y a pesar de eso, se le marginaba por algo que no podía controlar: existir (Eso mas bien estaba en mis manos).

Aprende de mí: Lección 2


-Hija de puta, ¿qué mierda se cree esa zorra?- giro hacia la cocina y veo un plato de huevos con tocino y pan tostado, se ve bueno, pero como lo ha preparado ella de seguro que sabe a pura porquería - Hasta cree que me tragaré esa cosa- saco un botellón de leche del refrigerador y lo tomo directamente del envase.
Ella sabe perfectamente que debe estar fuera de la casa antes de yo despierte, ¿en serio? ¿ni siquiera algo tan simple se le puede quedar en esa cabeza hueca? Me encargaré de dejárselo claro esta noche... no, mejor no, iré a algún bar cerca del trabajo y luego que se haga cualquier cosa.

Auril: Capítulo 1


Estaba en el fondo del océano, en total obscuridad, sola... aunque no por mucho tiempo. 

Lo sabía porque había tenido este sueño desde que comencé a tener memoria. 

De repente, detrás de mí surgiría una tenue luz plateada, cuando me volteara ésta comenzaría a hacerse cada vez más brillante hasta dejarme tan aturdida que despertaría de inmediato.

Y así pasó, hasta que vi que aquel pequeño resplandor no hacía nada, permanecía inmóvil frente a mí. 
Algo dentro de mí decía que debía de acercarme, pero cuando lo hice la lucesita retrocedió, volví a intentarlo y conseguí el mismo resultado. Fue cuando comencé a sentir que me estaban aplastando el pecho, una sensación demasiado real, esto era algo totalmente diferente a lo que en realidad pasaba en mí sueño; comencé a asustarme e intenté nadar para dirigirme a la superficie pero me dí cuenta que no tenía ni idea de donde diablos estaba eso. Empecé a patalear y mover los brazos sin sentido, produciéndose así una densa nube de burbujas y espuma a mi alrededor.

Entonces, en medio de todo el caos, la diminuta luz surgió en medio de aquel torbellino y comenzó a acercarse a mí; de nuevo sentí aquel impulso de tomarla, así que estiré la mano para poder alcanzarla...
entonces caí de cara contra el suelo de mi habitación.

Aprende de mí: Lección 1


Siempre aparecía en el mismo sueño:
Dentro de un enorme bosque, en medio de un camino que se dividía en dos; a veces cubierto de niebla o nieve, otras eran extremadamente calurosas y unas cuantas más llovía. Pero el lugar nunca cambiaba.
Y siempre acababa igual: en el momento que yo decidía por cuál de los dos caminos irme, despertaba de golpe y con un ligero dolor en el  lado derecho de mi cabeza.

Había sido así desde que papá murió; bueno no era exactamente mi papá, él era… bueno… es complicado.